Capitulo 51.

Sábado, 18 de Enero de 1964.

La noche era azulada con unas cuantas nubes y luceros que brillaban más que un faro en los Campos Elíseos; podía sentir el cálido viento que olía a frescura acompañado del humo que desprendía mi marlboro.

A lo lejos se escuchaba un leve sonido de la música rock 'n' roll que se apropiaba de los pubs, después de todo... Era sábado por la noche, mejor conocido como: "la salida de los adolescentes" aquí en Francia, y en todas partes.

¿Y yo? Bueno... Aparte de que ya no era adolescente, tenía que seguir ensayando la maldita pieza. ¿Y cómo hacerlo? Si ahora todo me era inútil desde que The Beatles decidieron venir a París.

Mi concentración. Mi vida. Mi relación.

Escondí mis piernas entre mis brazos y apagué mi cigarro para encender otro. El tabaco que cruzaba mis dedos deseaba más caladas. Una tras otra... Un recuerdo tras otro... Qué vida.

El cálido viento se convirtió en algo más frío y abundante, haciendo que decidiera entrar y seguir de una vez por todas.
Unté el cigarro en el tejado de la azotea, me levanté, sacudí mis piernas, recogí mi cabello imperfectamente, y antes de entrar; me despedí de la Torre Eiffel con la mirada.

20:48pm.
Narra Paul:

-¿Ahora dónde se encuentra?
-No puedo decir.
-Por favor, dime... Necesito hablar con ella.
-No, lo siento.
-Sé que a ella le gustaría hablar conmigo.
Suspiró.
-Por favor, por favor.
-Graba rápido, Sr. McCartney... Av. de la Bourdonnais, edificio #2, último piso.
-"¿Av. Bordonnis?" - Dije confundido
-Bourdonnais.
-Bourdonnais - Repetí y asintió -Muchas, muchas gracias.
-Suerte - Sonrió.

Salí corriendo del lugar para dirigirme al que tenía pensado... Me iba a ser inútil correr hacia ahí, por lo tanto, recurrí a un taxi.

21:06pm.
Podía escuchar el Moonlight Sonata de Beethoven. Sabía que ahí se encontraba. Subí a la oscura plataforma y comencé a observarla encubiertamente.

Era magnífica; su figura, sus expresiones, sus movimientos... Era irreconocible de alguna forma. A pesar de que la melodía era lenta, sus movimientos era rápidos y fuertes. Algo desgarradores para ser verdad, al igual que su cara que, viéndola bien... Se llenaba de lágrimas.

-¡No no no! ¡Maldita sea!

Cubrió su rostro con sus manos y tomó asiento en la duela. Quitó sus zapatillas y las aventó contra uno de los tantos espejos que se encontraban en su alrededor para después cubrirse entre sus piernas y sollozar.

-¡¿Por qué dejo que esto me afecte?! - Se susurró, pude escucharlo al mismo tiempo que me acercaba a ella -Soy una estúpida.
-No lo eres - Terminé por acercarme.
-... ¿Paul? - Me miró -¡¿Co-cómo me encontraste?!
-Larga historia.
-¿Qué haces aquí?
-Tenía que hablar contigo.
-No hay nada de qué hablar. Déjame tranquila, tengo que ensayar.
-¿Ensayas de esta forma?, esos ataques que te dan, te afectan.
-Sé muy bien que me afecta... El hecho de que tú estés aquí.
-Wow, eso dolió.
Suspiró -Hablo en serio - Limpió sus lágrimas -Tengo que terminar - Se puso de pie -Te pido que te vayas, por favor.
-Tampoco me puedes correr... No me iré. Quiero invitarte a cenar.
-Ya no ceno, lo siento.
Reí -Estás loca. Me quedaré aquí entonces, quiero verte. Será como un... Emm, "privado".
-La cena suena bien.
-La cena y verte.
Bufó -No quiero perder más el tiempo... Haz lo que te apetezca.

Todo este tiempo en el que me encontraba sentado observando cada detalle, me perdía constantemente en ella... ¿Era esto posible? ¿Cómo lo hacía?

22:48pm.
-He terminado.
-Bien, vamos...
-Tengo que ir a mi casa.
-Pe...
-A bañarme y arreglarme.
-¡¿Qué?!
-Lo siento - Me miró por un par de segundos -Sabes que no tardo.

Salimos del edificio.

-¿Tú manejas?
-Sí, fue un regalo de Albert. Súbete...
-Qué amable.
Sonrió irónicamente.

Al llegar a su casa, abrió la puerta, dejó sus cosas en el sofá y subió las escaleras con velocidad.

-Eh disculpa - Paró -Bienvenido a tu casa, ¿quieres algo de beber?
-Eh...
-Tómalo de la cocina. Aún no llega la televisión de la sala, puedes verla aquí arriba. Iré a ducharme mientras.
-Cla-claro.

23:25pm.
Después de observar la gran casa y quedarme atónito por un gran rato, decidí subir y seguir observando a detalle cada parte del lugar.

En el pasillo se encontraba un mueble antiguo, con fotografías que daban mucho de qué hablar.

Sally con Albert actualmente.
Sally con Albert en Australia.
Sally con Albert en Francia, año 1959.

Joder, mis ojos no podían más.

-¿Qué haces?
La miré -Te ves muy... muy hermosa.
-Gracias - Se acercó a mí -¿Te gustan? - Señaló las fotos.
-No. ¿Dónde están aquellas que tomaste el Liverpool?
Sonrió -Son tan especiales que se merecen más que un simple lugar en un mueble, ¿no crees?
Pasé saliva -¿Nos vamos?
Asintió.

Se colocó sus zapatillas, agarró su bolso y antes de salir, Albert abrió la puerta...

-¡Albert! - Sally se acercó a él y lo tomó por el cuello para darle un... beso.

Después de milenios, nuevo capítulo. 

De verdad, lo siento mucho pero es que, es una larga historia... Pero en fin.

Cata: belle! Estoy, pues... No me quejo, jajajajaja. Un poco bloqueada, pero sé que pronto llegarán muchísimas ideas, además de que las tengo... Sólo las debo acomodar. Y aquí tienes otro capítulo <3 <3

Lucy: in the Sky with Diamonds! jajajajajaja, tus comentarios siempre me hacen reír, lo peor es que los leo en la madrugada, y me río como loca, lol. Pues sí, la edad en el alma... Ahí tienes a "Paloma" McCartney ¡jajajajajajajaja! <3 <3 PD: Lucy, dame las drogas.

Ximm: ¡Adivina qué, Ximena! Aquí tienes tu capítulo reconciliación, jajajaja... Prometo que el próximo, y el próximo, y el próximo... (??) ya mejor no prometo nada, pero si te aseguro. Sí, son de lo más nefasto, pero ya qué :-( son hombres... <3 <3

Elena: ¡te extrañaba por aquí! ¿Cómo que un día normal? :-( hmmm, bueno.. Sí suele pasar; yo por ejemplo, estaba con los discos de The Beatles y besando el monitor con imágenes de Paul <3 <3

Las quiero muchísimo, y les deseo una bonita tarde-noche.

Cuídense.

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