miércoles, 31 de diciembre de 2014

Capitulo 96.

Martes, 12 de Abril de 1966.



Mañana regresaríamos a Londres en cuanto saliera el sol. Eso quería decir que nos quedaba sólo este día para disfrutar de lo mágico que llega a ser París... o Francia en sí.

-¿A Lille?
-Sí, necesito ver a mi madre. 
-Oh...
-Hey, ¿por qué el "oh" con bajo tono?
-Pensé que podríamos disfrutar más París.
-Lo haremos querido, París sigue de noche ¿recuerdas?... En fin, ¿quieres ir conmigo?
-Claro, claro.
-Perfecto. Alístate... no hay que perder más valioso tiempo.

En cuanto salió del cuarto, fui hacia mi equipaje y saqué lo que más me interesaba... y lo que haría de ese día inolvidable... probablemente para los dos.

13:20pm.
Por fin llegamos a Lille, no fue un viaje largo como esperaba por suerte... más bien, fue agradable. Todo en compañía de Sally y anécdotas de su ciudad natal.

-Aquí es.
-Toca.

Me miró con un gesto tímido, algo que me dio ternura... entonces, decidí tocar yo.

-Oh, carajo... ¿Por qué siempre muero de nervios?
-Es normal.
Y por fin, abrieron la puerta -... Gresendre, hola.
-Hola... Paul, mi padrastro - miró a su padrastro -Él es Paul McCartney, el padre de mi hijo... y mi pareja.
-Mucho gusto señor - ofrecí mi mano que al momento, el señor estrechó.
-Pensé que no era cierto... Paul McCartney es...
-Sí - sonrió -¿Está mi madre?
-Claro, está en el jardín.
-... ¿Y puedo pasar?
-Sí sí, pasen.

Me vio revirando los ojos. Se sentía la tensión que provocaba el señor, y bueno... la actitud de Sally no era la indicada, pero así es ella.

-¡Madre!
Volteó -¡Sally, cariño!

Caminó hacia su madre, extendiendo los brazos.

-Te extrañé demasiado - terminaron abrazándose.
-Y yo a ti... Oh cielo santo, ¡tu bebé! - señaló su abdomen.

Sonriendo, se separó de su madre y me miró para que me acercara.

-Mami, ¿recuerdas a Paul?
-Por supuesto, lo veo todo el tiempo en la televisión. ¿Qué tal Paul?
-Qué tal señora.
-Oh, por favor... dime Juliette.
-Juliette, su jardín es muy agradable.
-Trabajo en ello - suspiró.
-Madre, lo que te contó Albert no era rumor. Paul y yo seremos padres en 5 meses... o algo así.
-¿De verdad? ¿En tan poco tiempo?
-Sí... - sonrió.
-Son tan adorables los dos, que bueno que al final terminaron juntos.
-Y falta mucho señora... perdón, Juliette.
-Claro, faltan mis otros nietos.
Sally rió -¡Madre!

El tiempo se fue volando mientras los tres platicábamos, junto con el padrastro de Sally, aunque él en realidad no decía nada. Aún no creía que un Beatle estuviera sentado frente a él.

Sally contó toda la historia de Albert, y como fue que se volvió a reencontrar conmigo. Al final, se alegró por ver a su madre... y estaba más alegre porque su madre se encontraba bien.

17:03pm.
-Mamá, ¿ya son las 5?
-Sí, eso parece - dijo viendo al reloj.
-Debemos irnos, mañana regresamos a Londres y debemos preparar equipaje y todo eso.
-Está bien chicos... Entonces, ¿nos vemos pronto?
-Sí, muy pronto. 
-En Londres siempre tendrán casa.
-Gracias Paul - sonrió.

Y comenzaron a despedirse, con lágrimas y cualquier tipo de emoción.

18:30pm.
-¿Estás cansada?
-No... bueno, me duele un poco la espalda, pero es normal.
-¿Segura?
-Sí, sí... aún quiero caminar por París.

El tren había llegado a la estación de París. Después de que toda la gente bajara, por fin salimos de ahí.

-¿Cómo no pueden ver que eres Paul McCartney? Ingenuos, yo te reconocería a kilómetros.
-Bueno, quizá ya no les importo.
Rió sarcástica -Sí claro, como si fuera tan fácil - sonrió -¿Adónde vamos?
-Tú conoces mejor París que yo, debes guiarme.
-Hmmmmm, ¡ya sé!

Comenzamos a caminar con el rumbo que Sally tenía en mente, al final llegamos a los canales grandes que cruzan por los puentes más famosos de la ciudad.

Lo mejor es que ya estaba oscureciendo, y debía prepararme más para el esperado momento.




20:17pm.
-Espero volver a París en un futuro, sólo para disfrutar de los bellos paisajes. 

Nos encontrábamos en un bote algo privado, cruzando el puente de las artes.

-Regresaremos.
-Pero vivir de nuevo acá, al menos dos meses o algo así.
-¿Tan poco?
-Bien, un año.
-Sigue siendo poco.
-Bien, toda la vida.
-... Eso ya es demasiado.
Sonrió -Al final no importa qué haga... Lo importante es estar contigo - acarició mi mejilla -Y con la familia que formemos.

Me acerqué a ella para besarla.

-Oye... - musité.
-¿Qué sucede? 
-París te hace cursi.
Rió -Tú me haces serlo.
-Debes aceptar que estar aquí te hace más amorosa.
-... Tienes razón.
-Y es por eso que... volveremos, muy seguido... en privado.
-Suena bien - me dio un pequeño beso.
-... Sally.
-¿Dime?
-... ¿Iremos a la Torre?
-¿Venir a París y no ir a la Torre? Pero claro que iremos.
-Está bien.

Los nervios comenzaron a aparecer.

-¿Por?
-¿Hmm?
-¿Por qué lo dices? 
-Por... simple curiosidad.
-... Ok... 
-De verdad.
-Sí, te creo.

20:50pm.
-¡Oh la lá! - gritó con emoción.

Ahora nos encontrábamos en los pastizales, frente a la hermosa Torre y sus maravillosas luces amarillas.

Como no soy parisino, sé lo que todos saben. Que la Torre Eiffel es uno de los lugares con el aroma a París por todos lados, y que... bueno... Además de ser un lugar repetitivo, la magia al parecer, nunca se acabará.

-Ma petit-chez soi - terminó por acostarse en el césped.
-¿Qué? 
-Mi pequeño hogar, este es mi hogar. Quedémonos aquí para siempre.
-Oh... sí, entonces construiremos una casa aquí.
-Podemos vivir en la Torre.
-¿Y si nos echan?
-Entonces construimos la casa.
-Pensé que te gustaba cavendish.
-Amo cavendish, pero también amo París... Vamos, siéntate conmigo.

Terminé por sentarme a su lado. Mientras veíamos el espectáculo de luces que daba la Torre cada que una hora pasaba... y los dos seguíamos platicando.

Miércoles, 12 de Abril de 1966.

00:00am.
-Ya es otro día.
-¿Cómo sabes?
-Porque cuando son las 12hrs, se apaga - señaló el edificio parisino -¿Ves?
-¿Pero vuelve a iluminarse?
-Ajá, lentamente... sólo por esa vez, luego vuelve a apagarse por completo y espera hasta el amanecer para que de nuevo se vea.
-... Entonces...

Sabía que ya era hora, y la Torre Eiffel me lo estaba recordando.

-¿Entonces...?
-Entonces... - lamí mis labios.
-¿Eh? - rió -Entonces hay que irnos, ya es tarde y luego no nos despertamos.

Se levantó, sacudió su vestido y me tendió la mano para que pudiera levantarme igual.

-Vamos Paul, se hace tarde.

Tomé su mano, y me puse de rodillas en el césped. Comencé a buscar en los bolsillos de mi abrigo y, saqué lo que me hacía falta.

-Debía encontrar el momento indicado...

Se llevó la otra mano al rostro, cubriéndose sólo los labios.

-Sally, eres una persona maravillosa. No sólo eres la madre de mi futuro hijo... sino la persona indicada para mí y con la que quiero compartir mi vida... 

Vi sus ojos cristalizados gracias a la luz de la Torre, que ya iba iluminándose por completo.

-Entonces... 

Suspiré y sonreí mientras abría la cajita que contenía el anillo.

-Sally Gresendre Jaucemelt... ¿Quieres casarte conmigo?












/////




¡HEEEY! Lamento tardarme siglos, pero necesitaba la mayor inspiración para escribir este capítulo... aunque al final no apareció, pude terminarlo. Es el último capítulo de este añito.

Las dos fotografías de París que puse, las tomé yo <3 y no saben, cuando veo las fotos me agarra una nostalgia tremenda porque quiero regresar :( 

Pero en fin, quería decirles que... 

¡Tengan un buen inicio de año! Y todos los 12 meses que contiene. Les deseo lo mejor, espero que estén bien ustedes y sus seres queridos. Quizá este año no fue de los mejores, pero siempre habrá otro donde se pueda poner en práctica eso de "borrón y cuenta nueva". Aunque, puede hacerse en cualquier momento.

Muchas gracias por hacer de mi 2014 un año inolvidable donde conocí y pude leer a chiks groovy como ustedes, e igual por seguir leyendo esta fic y apoyarme con sus comentarios. Recuerden escuchar mucho a The Beatles, escribir demasiado, y hacer lo que quieran hacer.

No les pude decir que tengan una bonita navidad, así que se los digo aunque ya falte poco o de plano ya haya terminado. ¡Feliz 2015! Quisiera regresar 50 años atrás, pero bueno. 



Las adoro, de nuevo, gracias por todo...

Les envío besos y abrazos.


♥ ♥ ♥



domingo, 21 de diciembre de 2014

Capitulo 95.

Domingo, 10 de Abril de 1966.

21:30pm.
-Sigo dudando en que si está bien que viajes.
-Pues sigue teniendo la duda. Ya no importa, a menos que quieras que paren el vuelo en medio del mar.
-Ah Sally - suspiré -Me preocupas.
-Deja de preocuparte, ni siquiera yo estoy preocupada y créeme - rió -Ese es un milagro. Mejor disfruta el vuelo que cuando lleguemos, no vamos a dormir.
-Uhm, eso suena mejor... me tranquiliza - comencé a hundirme en el asiento.
volvió a reír -Me refiero a que... es París, ¿quién quiere dormir en ese lugar?
-Los parisinos.
-Te recuerdo que no soy parisina...

23:25pm.
-Sally, ¿en dónde estamos?

Después de subir miles y miles de escaleras con el poco equipaje, nos encontrábamos parados frente a una puerta.

-Es una sorpresa - hubo una pausa mientras buscaba algo en su bolso -Aquí están.

Después de abrir, encendió la luz y mi sorpresa no tardó en llegar.

-Wow, qué lugar tan groovy... ¿qué es aquí?
-¿No ves? ¡Es mi departamento!
-¿Con Albert?
-No no, fue cuando ya estaba soltera. Lo renté por un año, así que aún siguen mis cosas aquí porque jamás pasó por mi mente quedarme en cavendish, contigo.
Sonreí -Tengo una idea: mientras tengas el departamento podemos quedarnos, ya sabes... cuando necesitemos estar completamente alejados.
-Uhm, me encanta la idea.
-Y más porque es París.
-... Hablando de eso, ¿quieres ver algo?
-Claro, muéstrame.
-Ven por acá...

Comenzó a caminar emocionada hasta la sala principal. Era pequeña pero acogedora, y lo mejor es que el lugar tenía el sello peculiar de Sally por todas partes.

Había un gran ventanal cubierto por una persiana corrediza. Todo estaba oscuro, pero al momento en el que Sally corrió la dichosa persiana, el resplandor de París por la noche iluminó el cuarto.

-Joder Sally, esto es... perfecto.
-Tal como me gusta.
-¿Cuánto te costó rentar este departamento? Parece una lujosa suite.
-Qué importa, lo bueno es que se puede estar a gusto, ¿no?
-Eso sí.
-... Disfruta.

Tomó asiento en el extenso sofá mientras lanzaba un gran suspiro.

-Pensar que tenías un departamento así, no sólo dejaría que regresaras, sino que me trajeras.
Rió -... Vamos, ven aquí. Estás en tu departamento.
-Oh bueno... - me senté a su lado -Gracias.
-De nada - sonrió.

Y borré esa sonrisa con un beso. Comenzamos a besarnos con más intensidad... algo más apasionado que de costumbre. Puede ser que la esencia de París no sólo sea un cuento.

Entonces fuimos recostándonos en el sofá.

-¿Está bien que...? - logré decir sin dejar de besarla.
-Claro que lo está - siguió besándome -¿Por qué no lo estaría?
-Pues porque... porque...
-Paul, es seguro - rió.

Nos seguimos besando sin decir nada, hasta cuando decidí comencé a acariciar sus piernas.

-... Espera un segundo - musitó.
-¿Qué sucede? - separé mis labios de ella.
-Dame un momento y ahora lo sabrás, ¿si?
-... Está bien, pero no tardes.

Se levantó, no sin antes volverme a besar. Y vi como abría la puerta de quizá una habitación, escuchaba el ruido y en menos de tres minutos, gritó:

-Listo Paul, ¡ven ahora!
-... ¡Ya voy!

Me incorporé, miré por último la ventana y entré por fin al cuarto cerrando la puerta detrás de mí.




Lunes, 11 de Abril de 1966.

Narra Sally:

10:30am.
Después de contemplar su pecho desnudo, sus labios, esas facciones perfectas y las famosas pestañas largas y rizadas... no soporté no besarlo.

Así que besé su cuello, muy delicadamente.

Abrió los ojos lentamente y sonrió -... Hey, buenos días linda.
-Buenos días - sonreí un poco sonrojada -Haré el desayuno.
-Uhm, suena bien - se estiró un poco, y terminó por despertar.
-¿Cómo dormiste?
-Muy cómodo... tu cama es una nube.
-Algo así. Olvidaba lo bien que se dormía por aquí...
-Deberíamos llevarla a cavendish.
-Deberíamos... - reí un poco.
-Veo que ya te duchaste y no me esperaste.
Sonreí -Disculpa, es que necesitaba un baño.
-Igual me hace falta uno... ¿Dónde puedo?
-En esa puerta - señalé.
-Está bien.
-Recuerda sentirte como en casa. Sólo si se te ofrece algo, avísame.
-Está bien Sally - se levantó un poco para besarme -Oye, luces hermosa...
-Gracias - acaricié su mejilla -¿Se te ofrece de comer en especial?
-No se me ocurre nada, pero sé que siempre me sorprendes.
-Bien, entonces pensaré en algo bueno.
-Bien.

Volvió a besarme... después me levanté, y caminé al living.

Se me ocurrió poner un poco de Elvis para recordar los buenos tiempos. Exactamente "Loving You". Mientras pensaba en qué cocinar, el timbre del departamento me sacó por completo de mis ideas... ¿Quién podría ser?

-... ¿Si?
-Gresendre.

Joder, sabía que no todo podía ser color de rosa.

-¿Y tú qué quieres?, ¿no recuerdas esa vez que te dije que me dejaras tranquila?
-Gresendre, trato de mantener el porte y comportarme como el caballero que soy. Así que, abre al menos un centímetro.

Tenía razón... y recordé lo que había dicho por teléfono la última vez que escuché su voz. Sino quería que las cosas se complicaran, igual tenía que tomarle la palabra.

Así que... abrí, pero sólo un poco.

-Ahora, ¿qué sucede?
Me miró de pies a cabeza -Uh, Gresendre... quelle beauté.
-Gracias, pero dime: ¿qué se te ofrece?
-Hoy a las 22:00hrs en el que era nuestro restaurante favorito, espero no lo hayas olvidado.
-Igual lo espero.
-¿Se encuentra Paul?
-¿Y tú qué crees?
-Tampoco es para que te pongas así, le hará daño al bebé.
-Te vale un carajo - suspiré y sonreí -Bien, te veo allá.
-Hasta pronto.

Cerré la puerta, sin esperar a que se hubiera ido.

-¿Era Albert? - volteé y miré a Paul con los brazos cruzados.
-Sí, y debo verlo hoy en la noche.
-... Lo hubiera golpeado.
-Pienso lo mismo. ¿Ya te duchaste?
-No, escuché la voz de un hombre... y no he podido encontrar una toalla.
-¿Por eso utilizas la sábana para cubrirte? - reí -Vamos, te daré la toalla.

21:45pm.
Hace unas dos horas que habíamos regresado de caminar, y todo era porque necesitaba arreglarme.

-¿Adónde irán?
-A cenar.
-¿Y por eso debes ponerte muy hermosa?
Sonreí tiernamente en el espejo, mientras me colocaba unos pendientes -Es de gala, Paul.
-Ese maldito, no sabes cómo lo detesto.
-Creo que sí lo sé.

Se acercó a mí y acarició mis hombros.

-Te ves preciosa...
-Gracias - tomé su mano -Espero no tardar.
-Bueno, no te preocupes. Tómate tu tiempo, sólo para hacerlo trizas con esas palabras hirientes que luego te salen tan naturales.
Reí -Deséame suerte.
-Suerte.

Volteé y lo besé.

22:03pm.
-Llegas tarde.
-Di que llegué.

Albert, como siempre tan caballeroso separó la silla para que pudiera sentarme.

-Te queda bien el embarazo.
-Gracias.
Tomó el menú de la mesa -¿Pedirás algo? Sé que cuando esperas un bebé, estás muy hambrienta.
-... Algo así... pensaré en qué.

Me mataba su forma de cubrir todo. Los gestos, y lo peor era que mantenía la actitud relajada... eso me hacía enojar aún más.

-¡Bueno ya! Déjate de estupideces y ve directo al punto.
-Hey - rió -Tranquila Gresendre.
-Sally, joder... dime Sally.
-Bien, Sally. Recuerda tus modales.
-Comencemos a hablar ¿quieres?
-Sí, sí quiero. Pero todo a su tiempo, ¿no crees?
-Sí - suspiré -Tienes razón. Quiero pedir ya - levanté la mano, llamando al mesero.

22:47pm.
-Bien bien, entonces Paul y tú viven juntos, pero no están casados, ni siquiera comprometidos. La prensa sabe que tú estás embarazada, las fanáticas no te aman mucho pero, ustedes se aman.
-Ajá.
-Y el bebé, es de Paul.
-Así es.
-... ¿Segura?
-Albert... estoy segura. En cuanto nazca el bebé, podremos hacer pruebas, y te aseguro que se parecerá a Paul.
-Bueno Gre.... Sally, tienes razón. Te cité más que nada porque quería decir que recuerdo lo muy mal que iba nuestra relación y pues, nosotros ya ni siquiera nos veíamos.
-En mi cumpleaños de 1965 cuando fui a Londres, fue cuando pasó todo. Las fechas concuerdan y... bueno.
-¿Cómo reaccionó Paul?
-La verdad es que me asusté, ni siquiera sabía cómo decírselo. Pero, reaccionó mejor de lo que creí.
-Está bien Sally, pues después de todo... lo importante y lo que me deja tranquilo es que tú eres feliz.
-Gracias - sonreí y me devolvió la sonrisa -... Y, ¿qué es de ti?
-Pues, el trabajo... viaje tras viaje. No tengo tiempo para el amor - rió -Ni nada por el estilo pero, próximamente todo mejorará.
-Confía en ello.
Suspiró -¿Nos vamos?
Asentí.

23:13pm.
Albert se ofreció en acompañarme a mi auto. Había olvidado lo bien que se puede platicar con él y que, fuera de cualquier tipo de relación, era una persona agradable.

-Aquí está.
-Bien - sonrió -Sally, de verdad que te ves bien.
-Gracias, gracias.
-¿Cómo es que se llamará?
-Aun no sabemos... por suerte quedan 5 meses.
-Wow, pero se van volando.
-Eso sí, trataré de ser paciente.
-Sally, debo decirte algo...
-Claro, dime.
-... La verdad es que te extraño demasiado, y... sé que te he hecho la vida gris, puede que hasta me haya ganado tu odio. Sabes que siempre me arrepentiré de ser tan estúpido, y espero que me disculpes algún día.

Oh... carajo. ¿Por qué los ojos se me cristalizan tan pronto?

-Albert, así como "te odié"... debo aceptar que te amé. Y que me hiciste feliz. Claro que te disculpo, odiar es una palabra muy fuerte. Te doy las gracias por todo lo que hiciste por mí.
Me abrazó -Disculpa esto también, tenía que hacerlo.
Reí -No te preocupes - lo abracé igual -Nos vemos.
-¿Nos vemos? - se separó de mí.
Asentí con una sonrisa -Terminamos todo bien. Ya no hay rencores, ni nada parecido... además, era agotador.
-Cierto. Tengo una noticia:
-¿Cuál?
-Me iré a vivir a Australia.
-¡¿Qué?! ¿Es en serio?
-Sí... - sonrió -Necesitaba cambiar mi rutina... y amo Australia.
-Yo también, algún día iré de visita a recordar.
-Sería asombroso... En fin, te deseo lo mejor, Sally.
-Igual yo, Albert.

Besamos nuestras mejillas por último y nos separamos por completo. Esperó hasta que subiera al auto, prendí el motor y seguí adelante...

Pareciera que mi mente había borrado los malos recuerdos que tenía, y sólo me disponía a recordar a Albert de la mejor manera.

Después de todo, ya fue pasado... y todos debemos enfocarnos en el presente.











////




¡Hola, chiks!

En primera: sé que da pereza leer tanto sin imágenes, perdón por eso también.
Y en segunda: todo fue algo rápido en este capítulo, pero necesitaba avanzar (?

¡5 capítulos más! Falta menos, por suerte mi inspiración tarda en llegar y... ¡por fin salí de vacaciones! :) estoy muy feliz porque :) con vacaciones la vida es :) mejor :)

Y aquí mi explicación de nuestro querido Paul McCartney en esta fic:

Bien, antes que nada... debo decir lo mucho que amo a Paul McCartney y que disculpen los ataques de amor que me dan, ya que provoca que el chico sea asquerosamente cursi.

Quería escribir a Paul sin dejar el papel de Beatle por el que es reconocido, ya saben... el galán, el tierno, el mata pasiones (???) y claro... tuve que centrarlo a la historia y agregué uno que otro momento algo realista porque sabemos que el chico no era tan "cara bonita" y mucho menos fiel. Necesitaba plantarlo como el chico protector, como el chico por el que cambiarías y... bueno... así fue. Cabe destacar que yo no soy cursi pero con las personas que quiero {como es el caso} hasta yo me asusto. Y bueno, no sé si funcionó o qué realmente, pero aún queda por escribir.

En fin, quería decirles que he subido nuevo capítulo aquí: http://memoiresecrits.blogspot.mx/ y así :-)

¡Las adoro con todo mi pequeño corazón!

Cuídense muchísimo,
besos.

♥ ♥ ♥



martes, 16 de diciembre de 2014

Capitulo 94.

Papá:

Por suerte, todo ha estado mucho mejor desde aquella noche en la que había visto a Sally de una manera muy quebradiza. Le platiqué todo a Mike cuando pasó de visita, seguro ya te ha contado todo.

¿Sabes? No es tanto como antes, pero Sally sigue teniendo esa preocupación que le causa un poco de tristeza. Noto que aún tiene presente a su madre en la cabeza, aunque quiera demostrar lo contrario. Y claro, es normal pues al final... es su madre.

Hace unos días platicó conmigo, y mencionó lo mucho que la quería y que fue muy cobarde la manera en la que se enteró acerca de su futuro nieto. Aparte, debía ir a arreglar las cosas en Francia, y no quería meterme en "más problemas"... que seamos claros, ella nunca me atormenta.

Fuera de todo el agotamiento: el bebé va creciendo muy bien, eso dice el doctor que le realiza estudios cada dos semanas, a Sally y al bebé... Ella igual va a la perfección. Ya se nota en su cuerpo el cambio, y su rostro comienza a cambiar a un bello tono.

Ahora sólo queda esperar...

En fin... saludame a todos de nuestra parte por favor. Juro que los visitaremos pronto.

Los quiere:
Paul."



Sábado, 9 de Abril de 1966.




-¿Ves mi cabello más largo?
-Yo lo veo... lo veo igual.
-Lo suponía.
-Sally, no me fijo en eso. Seguro te creció, ya sabes... por las hormonas y esas cosas.
-Uhm... - suspiró y se sentó en la cama -¿Sabes qué más creció?
-Tu... ¿abdomen?
-Sí - sonrió -Siento que todo va muy bien, y ahora puedo complacer mis antojos.
-¿Todos?
Reímos -A veces...
-Por suerte.
-Como ahora - bostezó -Tengo un poco de sueño.
-Descansa... - fui jalando su mano hasta recostarla lentamente en la cama -... Quédate aquí - tomé asiento en la cama.
-Hey, hey... ¿y tú a dónde vas?
-Voy con John.
-¿Quieres que te acompañe?
Negué -No te preocupes, tú descansa.
-¿Quieres que me quede aquí...?
-Pues... no pero...
-¿Sola? ¿Sin nada que hacer?
-Eh...
-Mentira, que te vaya bien. Salúdame a John.
La miré con una ceja encarnada -Qué graciosa, me tragaba el cuento donde eras cursi.
-Un día de estos.
-Ya pues, yo le digo que lo odias.
-Bien. Nos vemos... - se acercó a mí para besarme.
-Nos vemos - sonreí.

16:24pm.
Me encontraba en el living de Kenwood acompañado de una taza de té y Julian jugando en la alfombra.

-Entonces, ¿Sally está bien?
-Sí, eso dice... pero se nota a kilómetros lo preocupada que está por su madre, y todo eso de Albert y... - bufé.
-Supe desde la primera vez que vi a ese estúpido que les iba a causar muchos problemas.
-¿Ya nos habías visualizado a Sally y a mí juntos?
-Qué pregunta hombre, ¡claro que sí! Desde 1958... hasta me daban asco.
-Sí sí, eso ya lo has dicho muchas veces.
-Bueno, pero no lo de Albert. Lo que debemos hacer es ir a Francia y pegarle una paliza que nunca olvidará.
-Sabes que ganas no me faltan, pero Sally insiste en que ella debe arreglar todo.
-Y no le harás caso, ¿o sí?
-Claro que no. No puedo dejarla sola.
-Ya ves.
-... Y por eso es que le pedí el favor a Brian.
-¿El favor? - dejó la taza de té en la mesita de centro -¡Ah sí! El favor...
-¿Te dijo?
-Por supuesto, de hecho... por aquí los dejó Cynthia...

Se levantó y decidió tomar a Julian en brazos, mientras buscaba en una estantería.

-Aquí están. Son dos exactamente, falta uno.
-No... Sally y yo.
-¿Y su hijo?
-... John, lo mejor que haces es música.
-Sí... joder.
Reí -¿Son para cuándo?
-Para... - comenzó a leer el sobre -Mañana por la noche.
-¿Y si no venía no pensabas decirme? Íbamos a perder el vuelo...
-Bueno, pero el destino te trajo aquí así que deja de quejarte.

Se acercó a mí y me dio los dos sobres. Luego, volvió a tomar asiento aún con Jules en brazos.

-¿Puedes creer que Cyn me ha dejado a Julian?
-Desde que entré no pude creerlo.
-No, ni yo. Pero ve, el niño está bien... después de todo, soy buen padre, pero más niñero.
-No lo dudo. ¿Podríamos contratarte para el futuro McCartney?
-Por supuesto, pero les costará... el hecho de que sea el buen John no quiere decir que soy gratis.
-Hm... aunque pensándolo bien... Sally no creo que lo permita.
-Se lo perderá entonces.

19:00pm.
-¿Cuándo volveré a verte? - dijo en un tono dulce.
-Pronto cariño - seguí su juego.
-Oh bueno, espero no sufrir mucho.
-... Será imposible.
-Bueno ya - aclaró la garganta -Me dedicaré a escribir.
-Haces bien... yo veré qué sale.
-Perfecto. Bueno, suerte McCartney. Cuida a tu familia.
-Sí Lennon, muchas gracias por cierto.
-No hay de qué.




19:23pm.
Llegué a casa, y como era costumbre, Sally se encontraba en el sofá viendo la televisión mientras pintaba un poco.

-¡Paulie! - gritó.
-¿Descansaste?
-Sí claro.
-¿Segura?
-Algo así... mis pensamientos no me dejan dormir siempre.

Me acerqué a ella.

-¿Qué tal John?
-Bien bien, él está bien... y Jules también.
-Me imagino.

Sonreí, un poco nervioso.

-¿Y esa sonrisa?
-¿Cuál?
-Esa... la sonrisa bonita que pones cuando estás nervioso.
-Me conoces más que mi padre.
-Algo así. Vamos, ¿qué pasa?

Terminé por tomar asiento al lado de ella.

-¿A qué te suena "París"?
-Hogar, elegancia... amor...
-Hay que preparar maletas entonces.
-¿Qué?, ¿por qué?

Comencé a sacar los dos sobres de mi abrigo, y vi la sonrisa que se formaba en su rostro.

-James Paul McCartney, te amo.
-Y yo a ti.

Sentí sus brazos rodearme fuerte, todo gracias a la emoción.













////





¡Mis queridísimas!

De nuevo, una gran disculpa.

Ya saben, eso de la falta de inspiración + exámenes + final de semestre = un agotamiento total. No sólo físico, sino el querer llegar a tu casa y poner tu mente en blanco... aparte están los días grises o malos. 

Lo bueno es que, ¡ya casi es navidad! Y amo estas fechas... y no sólo por los regalos, la comida o la familia, sino el hecho de que vamos a comenzar un nuevo año. 

Fuera de eso, ¿se ve mi poca inspiración? ... La verdad era que no quería dejar de subir por esto, y como ya doy por terminado cualquier tipo de estrés, por fin podré ponerme al corriente. Juro darles explicación del Paul McCartney en esta fic muy pronto, lo prometo más que nada.

En fin, ¡espero que estén muy muy muuuuy bien!

Cuídense muchote,
las adoro bastante.

Besos y abrazos,

♥ ♥ ♥



sábado, 6 de diciembre de 2014

Capitulo 93.

Martes, 22 de Marzo de 1966.




-¿Y qué era lo importante que debías decirnos?
-Que...
-¿Siiii?

Cyn, Molly, y yo centrábamos la atención en Pattie.

-George y yo...
-Vamos Pattie, haces que piense muchas cosas.
-¡Que George y yo nos vamos a casar!
-¡¿Qué?! - dijimos todas, al mismo tiempo.
-Sí, nos casaremos por fin - comenzó a sonreír muy emocionada.
-Tiene razón - Molly sostenía su mano con el gran anillo que brillaba a kilómetros -¡Qué afortunada!
-Qué emoción Pattie - dijo Cyn.
-Lo sé, lo sé.
-¿Dónde será su luna de miel?
-Estamos pensando en Marruecos para este verano, sólo unos días... ya que los chicos seguirán con sus conciertos.
-Suena maravilloso.
-Molly, preguntas de la luna de miel y ni siquiera sabemos cuando se van a casar.
-Bueno... es que es muy pronto, creo que en menos de tres semanas. Va a ser algo muy sencillo, con una pequeña reunión, ya saben, por los paparazzis y el revuelo.
-Pero al final es divertido - afirmó Molly.
-De eso no tengo duda. Lo importante será que me casaré con él... con George.
Sonreí mientras observaba a las demás -Eso es... eso es lo mejor.
-Claro - suspiró, sin quitar esa sonrisa de emoción.
-¿Y por qué tan pronto? - pregunté con curiosidad que, al parecer, hacia que se notara más de la cuenta.
-Porque, nos amamos y queremos estar casados ya.
-Oh... está bien. Sabes que les deseo lo mejor.
-Muchas gracias Sally - sonrió.
-Y Sally, ¿cuándo piensa Paul pedirte matrimonio?
-Calma Cyn... no creo que haya prisa. Con todo esto del bebé y el planeamiento de la boda con Albert... quedé un poco agotada.
-Dice que espera el momento indicado.
-¿De verdad?
-Sí, eso dice. Si fuera por él, nos casaríamos mañana mismo pero, no...
-¿Será que tienes miedo?
-¿Miedo? - bufé -Molly, ¿por qué tendría miedo?
-Porque, recuerda que tú no querías estar enganchada a un hombre.
-Bueno... pero... no estaré enganchada, seremos independientes claro. Lo que cambia es que él será mi esposo y el padre de mis futuros hijos.
-¿Futuros hijos, ah?
Hundí los hombros -Nadie sabe, el amor sobra.
-Sí, se nota... par de pillines - reímos.
-Pues verás... lo que hacen ustedes es perfecto, sin tomar en cuenta los comentarios de los demás. A veces te casas inesperadamente que bueno, no todo resulta tan bien como lo imaginas - dijo Cyn.

Hubo un incómodo silencio. Todas sabíamos a lo que se refería Cynthia: su relación con el mismo John Lennon.

-Pues... puede ser. De todas maneras, siempre habrá altos y bajos ¿no? - dije para romper la tensión.
-Eso sí.
-Y bueno, por McCartney y yo nadie se preocupe, no hay prisa. Lo que nos importa ahora es tener este bebé - señalé mi vientre -Y que todo salga bien...

21:00pm.
Narra Paul:

-Pues te felicito George, y como le dije a Ringo esa vez que se casó: no sabes en la que te metes.
-Creo que es lo mejor.
-¿Cómo?
-Sí... digo, Pattie insiste en estar juntos y, bueno.
-Pero sabes que eso de casarse es algo muy serio y no se toma a la ligera - dije.
-Uy, ¿desde cuándo acá tan llegativo? - preguntó John, en tono de burla.
-¿Será por eso que no le has pedido matrimonio a Sally? - completó Ringo.
-No le he pedido matrimonio a Sally porque... porque queremos estar completamente bien. Y necesito buscar el momento indicado, es todo.
-O sabes que Sally no es de compromisos.
-Eh... no... ¿Acaso no recuerdan que se iba a casar?
-Pero al final, no lo hizo.
-Y eso te puede pasar a ti.
-Qué apoyo chicos, por eso los amo.
-Bueno Paulie, te decimos algo realista.
Bufé -Ya saben cómo es ella, y su actitud... y todo eso.
-Tal vez no lo demuestre pero, yo creo que la traes completamente loca y que te dirá que sí aunque le pidas matrimonio en un basurero.
Reí -Gracias George, gracias por tu apoyo.

22:49pm.
Llegué a casa, con el afán de encontrar a Sally recostada viendo la televisión, o cocinando un poco. Tenía ganas de estar con ella.

-¿Sally? - grité después de cerrar la puerta y encender una lámpara -... ¿Sally...?

Quizá estaba dormida en la habitación. Me dispuse a subir sin hacer ruido, y pude escuchar unos ligeros sollozos. Entré a la habitación y la miré sentada en la cama.

-Cariño, ¿qué sucede?

Sonrió levemente al verle y señaló una hoja que estaba en la esquina de la cama. Caminé a ella y la tomé...

"Gresendre,

¿Cómo pudiste hacer todo lo que hiciste? Eres una deshonra para la familia. No puedo creer aún que ni con el paso del tiempo tengas un poco de consideración con todos. Tu madre se ha puesto peor de lo que ya estaba... y gracias a las noticias que nos han dado de ti.

Qué decepción. Lo mejor sería que, si a tu madre le queda aún tiempo, pudieras retractarte y pedir disculpas por muy poco que fuera."

Arrugué el papel sin darle importancia y lo tiré al suelo. Levanté la mirada y miré a Sally cabizbaja y decidí acercarme a ella.

-Amor, tú eres la persona más valiosa que he conocido... no dejes que una estúpida carta te llegue, no tiene ni la mínima razón - la abracé.
-Paul, no puedo creer que esté pasando todo esto. Yo no soy muy fuerte como para enfrentar esta ola de problemas ¿sabes?
-¿Que no eres fuerte? Sally, por favor... te valoro por enfrentarte a cada problema que se atraviesa por tu camino.
-Seamos realistas Paul, sabemos que no es así.
-Deja de decirte todo eso. Verás, la vida no siempre es color de rosa, y lo sabes...
-Yo sé Paul - suspiró.
-A todo esto, ¿quién la envió?
-Mi padrastro.
-No creerás lo que ha escrito, ¿o sí?
-Ni siquiera sé qué creer.
-Lo que yo te digo, eso al menos es cierto.

Sonrió levemente, aún en un tono algo melancólico.

Miércoles, 23 de Marzo de 1966.

15:34pm.
El teléfono no dejaba de sonar, y era extraño que la persona que ayuda en la casa no contestara, así que decidí hacerlo yo.

Dejé mi libro unos momentos en la mesa junto al teléfono y contesté:

-¿Bonjour?
-Bonjour, Gresendre.

Joder, esa voz.

-... ¿Qué se le ofrece?
-Hablar contigo. Seguro, ya sabes quién soy.
-¿Cómo conseguiste este número?
-Tengo contactos Gresendre, no se te olvide que soy un Mussen.
-No, no se me olvida. Rápido, ¿qué es lo que quieres?
-¿Recibiste la carta?
-... Tú fuiste...
-No no, yo no te mandé absolutamente nada. Resulta que es verdad Gresendre, tu madre no está en sus mejores momentos... y estaba claro que debías saberlo, ya que te desapareciste así, de la nada.
-Por cierto, fue lo mejor que me pudo pasar.
-Tal vez, pero eso no le quita lo enfermo a tu madre.
-... Ah, ¿y sólo me llamaste para eso? Sí, mi madre está enferma, mi padrastro me odia y... tu sigues jodiendo aunque me haya alejado.
-... Gresendre, debemos hablar.
-¿Qué debemos hablar?
-Muchas cosas, aparte del tema de tu embarazo.
-No tengo nada que hablar contigo.
-Bueno, te lo diré más claro porque no lo entiendes: o me dejas verte y hablar contigo, o meto órdenes judiciales reclamando a mi hijo... tú decide.
-¡Déjame tranquila!

Colgué el teléfono.

-Señorita, ¿está bien?
-Sí sí, no se preocupe... estoy bien.

19:00pm.
Paul y yo nos encontrábamos cenando, mirándonos con una sonrisa mientras comíamos cada bocado.

-¿Sabes? Me alegra que comas más.
-Igual a mí... voy acostumbrándome. Y contigo más, que parece que llegas a casa exclusivamente para verme comer.
-Eso es perfecto ¿no crees? - asentí y lo vi tomar un sorbo de su vino -Hey, ¿te pasa algo?

Aún no podía sacar de mi mente la llamada que había recibido, y no decirle a Paul ponía en juego la confianza de la que tanto habíamos hablado.

-Eh...
-¿Es lo de la carta?
-Aparte de eso.
-Dime, ¿qué sucede?
-Creo que debo decirte que, Albert llamó.
-¡¿Qué?! ¿Adónde?
-Aquí.
-¿Y cómo carajo?
-Es es lo peor; no sé cómo encontró el número de la casa.
-Debo cambiar el teléfono, de nuevo...
-Sería lo mejor.
-¿Y qué te digo?
-Que...
-... Te escucho - dije tratando de sonar algo relajado.

Saber que Albert sigue molestándola y no poder hacer nada para que Sally no se sienta presionada por ello, me enoja.

-Dijo que necesita verme y aclarar todo. Sino, podría meterme en un problema judicial.
-Ese... maldito - comenzaba a subir el tono de voz -Me tiene cansado Sally, iríamos específicamente para que pudiera darle un puñetazo y...
-Hey, tranquilo. Espero poder ir pronto y verlo, así no tendría que quedarme allá a vivir por los papeles que me darían.
-Está dispuesto a arruinar la vida de los demás.
-Algo así.
-Arreglaremos esto también, que ese idiota parece no desaparecer.
-No te preocupes por ello, yo debo hacerlo.
Suspiré -Sally...
-Paul...
-... Si de algo te sirve: no estás sola.
-Lo sé, y te lo agradezco demasiado. Me alegra saber que estés aquí, conmigo... de cualquier manera.
-Nunca lo olvides.








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¡Mis queridas!

Es válido que quieran matarme {aunque no creo} porque no subí capítulo en milenios. Pero como sabrán (??) ando ocupada con eso de la bendita escuela y bueno, poca inspiración.

¡Quedan sólo 7 capítulos! Juro que trataré de hacer cada capítulo algo especial y un poco más largo que los anteriores, aunque me cueste la vida. No es muy bello estar presionada por la escuela, además yo no soy de las que se preocupan tanto pero duelo me va peor y... creo que me enfoco más en ello por ahora que por los capítulos, por eso resultan no ser nada buenos.

Pero bueh, fuera de todo de relajo: ¡gracias a ustedes, por subir pronto! Y hacerme muy muy muuuy feliz.

Las adoro muchísimo.

Cuídense,
besos y abrazos.


♥ ♥ ♥