miércoles, 26 de noviembre de 2014

Capitulo 92.

Sábado, 19 de Marzo de 1966.

Seguía haciendo pausas, convirtiendo la escena en un círculo de suspenso... algo que no quería hacer pero, era inevitable... no sabía cómo comenzar.

-¡¿Qué?! - gritó, regresando al tema.

La miré y tomé su mano.

-¡Habla!
-Mira, antes que nada... no te alteres.
Lanzó un gran suspiro y soltó mi mano -Estoy... bien...
-Hablé con el doctor esta mañana...
-Lo sé, Molly me dijo.
-Y...
-¿Y?
-Y bueno, necesitas cuidarte Sally.
-Sí, eso ya lo sé.
-No, no lo sabes. Si lo supieras como dices, no hubieras pasado la noche en el hospital.
-Entonces, ¿a... qué te refieres?
-A que necesitas comenzar a nutrirte, ya no sólo eres tú ¿recuerdas?
-Sí... ¿pero qué sucede?
-Sally, estás enferma.
-¿De qué? - me miró con un gesto extrañado.
-A lo largo de todo este tiempo, más en los últimos tres meses has perdido muchas... eh... vitaminas - coloqué mi mano en mi frente -No recuerdo muy bien qué era.
-Pero se supone que eso puede presentarse... digo, estoy embarazada.
-Sí, eso también creía el doctor, pero según tus estudios... esto no es de poco tiempo y es peligroso.
-¿Qué me puede pasar?
Suspiré, quería que dejara de preguntar.
-Vamos, contesta... - decía con el mismo tono irritante.
-Si sigues así, de esa manera... no sólo puedes perder a nuestro hijo, sino que puedes morir.

Sus ojos comenzaron a cristalizarse.

-Paul... discúlpame.
-No, no te disculpes...
-Soy una idiota, perderé a nuestro hijo por ser tan... tan estúpida - cubrió su rostro con las manos.
-No Sally, no lo perderás... aún podemos hacer algo y debemos hacer un esfuerzo - tomé sus manos.
-Yo soy la que debe esforzarse, y lo peor es que... me siento tan impotente en estos momentos. Primero: no estaba lista para ser madre, pero lo acepté y estoy feliz. Y segunda: ahora que quiero tener a nuestro hijo, pasan tantas cosas.
-Pero no te preocupes por nada más que no sea en cuidarte, sabes que cuentas conmigo ¿cierto?
-Yo sé, y soy muy afortunada por ello pero... joder, son mis problemas y no puedo ni con la mitad de ellos.
-No sé qué es lo que te preocupa además de lo de Albert.
-Pues... me siento mal conmigo. Aunque todos estén felices con la noticia y se preocupen por mí, aún sigo sintiéndome como aquella que se metió en tu vida en un dos por tres.
-Quiero que te quede claro algo: fuera lo mejor que me pudo pasar, y aunque digas todo lo contrario y te siga dando vueltas... no es como dices Sally. Llegaste en el momento adecuado. Y no te tomes tan apecho eso de Albert, ya veremos como lo resolveremos porque el bebé que esperas, es mi hijo.
-Pero debemos resolverlo pronto.
La abracé -Por eso no te preocupes.
-Es que...
-¿Te olvidas que soy un Beatle, mi amor? - interrumpí -A mi ese Albert Mussen me hace los mandados.
Cruzó sus brazos por detrás de mí -Te amo Paul.
-Y yo a ti Sally, pero prométeme algo...
-¿Si?
-Te esforzarás tanto como yo.
-Sí sí, te lo prometo y... me lo prometo.

Tomé su barbilla y la acerqué a mí, dándole un beso.

-Nuestro bebé nacerá sano y salvo... y tendrá a los mejores padres - susurré.
-No lo dudo ni un poco...
Sonreí -¿Quieres subir?

Y asintió.

23:06pm.
Después de tomar una corta ducha juntos y olvidarnos de toda esa tensión, nos encontrábamos en la cama; listos para descansar.

-Paul...
-¿Si?
-Quiero hablar sobre eso... ese problema.
-Te escucho.
-Creo que el problema viene desde mi adolescencia, no la enfermedad... sino, como se fue desarrollando a llegar a este punto.
-Pero si antes eras normal.
-Ah, ¿y ya no?
-Bueno, sí pero...
-Sé a lo que te refieres. Mira, mi madre hizo que me enfocara tanto en el ballet que me dejé influenciar y... bueno, era una exigencia grande para mi edad.
-Tal vez por eso siempre te vi tan delicada... tan frágil...
-Ajá seguro. Paul, sigo siendo la rellena de siempre... con diferencia de que ahora tendré un hijo y eso puede justificarlo.
-Ya Sally, deja de verte así... para mí eres tan perfecta que me siento afortunado de tenerte conmigo. Eres bellísima, por suerte no eres una mujer simple, sin gracia.
-O grasa...
-No no, sino ser muy delgada, sin color... ¿ya me entiendes? Yo pensaba que así eran las francesas.
Rió -Bueno, pocas... en Francia eso es muy normal.
-¿También ese acento peculiar?
-Hey, no te salgas del tema sólo para reírte de mi acento.
-Es que nunca superaré tu acento, John solía imitarte por horas.
-Sí lo sé, lo hacía hasta en mi cara ¿recuerdas?
-Ahhh cierto, era muy gracioso.
-... Un poco.
-No no, era muuuuy gracioso.
Bufó -Ya cállate.
-Demasiado gracioso.
-¿Sabes qué más es gracioso?
-Aquí vamos... ¿Qué más es gracioso?
-Tú tratando de hablar francés - rió.
-Oh bueno, pues es que no tengo a la mejor maestra.
-Ah, ni siquiera te has interesado.
-¿Cómo por qué me interesaría si el inglés británico me hace lucir más sexy de lo que ya soy?
-... Y no digo lo contrario, pero déjame decirte que George tiene un gran acento que...
-Cierto, ese George enamora con sólo darte los buenos días.

Reímos, y sentí sus manos rodearme.

-De alguna otra forma olvidando tu inglés británico... tú me enamoraste.
-Y tu acento francés... hmm... me encanta como dices McCartney.
-McCartney - susurró, muy a lo francés.
-Y así me hiciste caer... pero no fui el único.
-¿Ah no?
-¿Te olvidas de alguien?
-Creo que ya sé a quién te refieres... Verás, Stuart era muy creativo, talentoso y apuesto... pero, no sé... sabía que no terminaríamos juntos, y él también.
-¿Por qué lo dices?
-Hubo días cuando yo vivía con él que a veces no me prestaba atención, y bueno, de esos ratos orgullosos que me dan, yo tampoco le hacía caso. Éramos más como los buenos amigos a los que les cuentas todo... con los que compartes gustos y te diviertes más haciendo otra cosa no sea estar en la cama.
-¿Entonces...? ¿A mí me prefieres en ese aspecto?
-Ya Paul, mejor duérmete.
-Está bien.

Rió y besó mis labios.

-Pero qué bueno que al final estoy contigo, ¿no?
-Sí, y vete acostumbrando.
-Oh, créeme que ya lo hice.
-Es sólo una parte de mí, falta la parte cuando seamos marido y mujer.
-¿Eso quiere decir...?
-Pronto, eso es lo que quiere decir. Buenas noches cariño.
-Heeey espera.
-Sueña conmigo.

Apagué la única luz de la habitación.











/////


Ugh, esto fue muy crusi.

En fin... ¡Hola, mis bellísimas!

Quise subir un poco pronto para aproximar esto, y no dejarlas tanto tiempo. Ya que ustedes han subido seguido y bueno, antes de que comiencen mis exámenes necesito avanzar porque luego me será difícil.

Me pone muy feliz que, con lo que escribí de Sally la vez anterior, pude lograrlo según ustedes... y bueno, les doy las gracias a cada una porque sin ustedes, no hubiera seguido. Pero, igual sufro porque queda poco :(

La próxima vez describiré a McCartney, pero eso debe ser muy especial y necesito inspirarme... es de ley, porque sino sólo escribiría que es muy perfecto y ya saben ustedes 7u7 me desato. 


*se derrite*


Saben que las adoro muchísisisisisimo.
& espero que estén de lo mejor.

Cuídense.

Besos y abrazosss.


♥ ♥ ♥



sábado, 22 de noviembre de 2014

Capitulo 91.

Sábado, 19 de Marzo de 1966.

Abrí los ojos después tanto tiempo. Lo último que recordaba era la voz de Molly que se comunicaba con la ambulancia.

Miré la ventana del cuarto donde me encontraba, supongo que era un hospital. Los rayos del sol de primavera lastimaban mi vista, entonces me di cuenta que sí... había dormido demasiado.

-Sally, por fin despertaste - era Molly.
Me reincorporé, tallé mi rostro y la miré -Molly, ¿qué día es?
-Sábado.
-¿Sólo dormí un día?
-Sí, ¿querías dormir más?
-Oh no, aún no es mi tiempo amiga mía.
-Sally no tomes esto como una broma, nos preocupaste a todos.
-¿A todos?
-Ringo, yo y... claro que, tenía que decirle a Paul.
-Joder Molly...
-¡No despertabas!... parecías muerta.
-Bueno, tienes razón... en todo caso, debo darte las gracias.
-Sí, no hay de qué.
-Y... ¿dónde está Paul?
-Supongo que está hablando con el doctor.
-¿Estuvo aquí?
-Sí, toda la noche. Yo llegué en la mañana y pudo descansar un poco... hace unos minutos vino para echarte un vistazo y avisarme que el doctor tenía que hablar con él.
-Ah... soy una estúpida, yo provoqué ésto.
-¿A qué te refieres?
-Quiero que Paul deje de preocuparse y mira lo que hago, preocuparlo mucho más.
-Pero Sally, no fue tu culpa. Sólo te desmayaste, seguro es normal por el embarazo.
-Yo no creo que haya sido normal.

Molly estaba a punto de hablar, pero alguien que había tocado la puerta la interrumpió. Se levantó y abrió un poco, ella sólo podía ver quién era. Pude escuchar a alguien susurrar, pero no a detalle lo que decía.

-... Sí... está bien, claro yo me encargo. Ahora le digo... ok, nos vemos - cerró y me miró -Vamos Sally - tomó mi ropa y la colocó sobre la cama -Te han dado de alta.
-¿Quién era?
-... Una enfermera.
-¿Y Paul? ¿Dónde está Paul?
-No sé Sally, pero apresúrate.

17:00pm.
-¿Adónde vamos?
-A tu casa, debes reposar.
-¿Por qué? Yo me siento bien.
-Sí pero, debes descansar.
-¿Más? Molly, parece que dormí como un oso en invierno.
-No es suficiente.
-No quiero ir a la casa de Paul, creo que no hay nadie.
-Paul está allá...
-¿Y por qué no me habías dicho eso antes, eh? ¿Algo me están ocultando?
-Tranquila, no te alteres.
-"No te alteres" ¿no saben decir otra cosa?
-No Sally, es por tu bien.
-Agradezco que Paul y tú sean más cuidadosos que Gabrielle o mi madre, pero es... hmm... ¿cómo decirlo?... ¡asfixiante!

Paró el auto, por fin habíamos llegado.

-No me interesa Sally, es por tu bien - repitió, ahora con un tono más elevado y punsante.

Bajamos del auto y caminamos con dificultad gracias a las fanáticas que también eran sumamente asfixiantes. Tocamos el timbre y la persona que ayudaba en la casa de Paul nos abrió amablemente.

-Hola - sonreí.
-Hola señorita... - me devolvió la sonrisa -Pasen.
-Oh, aquí yo te dejo... - dijo Molly mientras me daba un beso en la mejilla -Por favor Sally, cuídate mucho... después hablaré bien contigo.
-Está... bien. Gracias por todo Molly.

Sonrió y me abrazó, después dio media vuelta y corrió hasta su vehículo para no ser atacada por las beatlemaníacas. Entonces, cerré la puerta.

-El señor McCartney ahora regresa. Me pidió que le diera de comer, así que he preparado algo delicioso para usted y para el bebé.
-¿Ah sí? - me sorprendió.
-Tal y como lo escuchó... ¿Quiere que le sirva?
-Por supuesto, ahora voy al comedor.
-Si desea, puedo subirlo a la habitación... el señor McCartney me comentó que necesita descansar.
-... No se moleste, no es tan grave.
-¿Segura?
-Eso creo - bajé la voz.
-¿Qué ha dicho?
-Nada. Mire, si aún no llega el señorito McCartney... ¿me podría acompañar?
-Claro.

El teléfono comenzó a sonar.

-No se preocupe, yo contesto.
-Entonces iré pondré la mesa.
-Está bien.

Caminé hasta la sala y tomé el teléfono.

-¿Hola?
-¿Sally? ¿Eres tú?
-Sí...
-Qué bueno que estás bien.
-Sí, qué bueno. Espera, ¿quién habla?
-Cynthia.
-Oh Cynthia, hola... ¿cómo estás?
-Bien bien, pero eso no importa ahora, ¿cómo es que estás tú?
-Bien bien, también - reí -¿Por qué? 
-Paul se comunicó con John en la noche, después de irse del estudio a toda velocidad.
-¿De verdad?
-Sí, o bueno... eso fue lo que me dijo John.
-¿Y qué más te dijo John?
-Que... bueno, no te encontrabas muy bien.
-Pues son puras mentiras, estás hablando con la mismísima Sally y te juro que me encuentro a la perfección.
-Sally, ¿estás segura?
-Sí ¿por qué no lo estaría?
-... John ha llegado, ahora te marco.
-¡Espera Cyn! 

... Y había colgado.

Esto comenzaba a preocuparme, ¿qué era lo que me pasaba que yo no sabía?, y Paul aún no llegaba... en momentos como estos, sólo me queda maldecir hasta que se le ocurra venir.

Y el teléfono volvió a sonar.

-¡Cynthia! ¿Me dirás qué...? - grité después de contestar.
-Soy yo cariño - interrumpió.
-Paul... ¿Paul?
-Sí.
-Paul, ¿qué sucede?
-En cuanto llegue, te digo.
-¿Y cuándo llegas?
-Sigo en el estudio de grabación, no sabría decirte. Trataré de que no sea mucho tiempo, mientras descansa todo lo que puedas y come por favor.
-Pero dime... ¿qué pasa?, ¿es algo malo?
-Yo... eh...
-¿Es sobre nuestro bebé?
-Llego al rato.

Cortó la llama y terminé por colgar de la manera más fuerte, azotando el teléfono prácticamente, después temí haberlo averiado.

Por suerte no, ahora sólo queda esperar a que Paul regrese.

-¡Señorita, la comida está lista!
-Ahora voy...

21:13pm.
Narra Paul:

Después de acomodar mis palabras, me dispuse a abrir la puerta.

-¿Paul?

Era ella. Se encontraba en el sofá, a oscuras... con sólo la luz de la televisión. Me acerqué y tomé asiento a su lado.

-Hola... - la besé.
-Sí hola, ¿qué sucede?
-Sally...

Vamos, sabía que no era tan grave, pero si no le decía exactamente lo que sucedía... esto empeoraría y terminaría mal.

-Verás...












/////



¡Mis bellísimas! Lamento, tanto tiempo... aunque sé que no quieren que suba pronto porque falta menos; lo siento :( pero esto debe avanzar y a ver qué sucede. Igual lamento dejarlas así, ¡espero subir pronto! 

& bueh, como esto ya casi llega a su fin, "platicaré" con ustedes acerca de algunas cosas de la fanfiction. {disculpen u.u tengo que hacerlo por desahogo}

Comenzaré esto con Sally Gresendre Jaucemelt:

Bueno, la verdad es que me pondrá completamente triste ya no escribirla ni ponerme en su papel o cómo es que actuará o responderá o todo eso, porque debo aceptar que cuando escribo, me pongo en el papel de cada uno para hacer esto más realista... en el caso de Sally, ¿se nota con el efecto McCartney? jeej. Si ven, es caprichosa, dura y sensible, pero muere por Paul McCartney y según él es bellísima... por eso es que la soporta tanto (? -por cierto, yo no soy así... ya quisiera-
Lo que tenía en mente desde un principio era describirla como esa chica que le cuesta aceptar que es cariñosa o cursi y que muere por un chico, en este caso nuestro queridísimo Paul. 

Espero que haya funcionado.

En fin, fuera de todo esto...

Las adoro muchísimo <3 {ya saben 7u7}
Espero que se encuentren muuuuuy groovy.

Besos y abrazos.



♥ ♥ ♥


jueves, 13 de noviembre de 2014

Capítulo 90.

Jueves, 17 de Marzo de 1966.

Narra Paul:

Seguía completamente congelado. ¿Qué demonios me sucedía? Tenía que ir con ella, de hecho... no hubiera dejado que subiera las escaleras sola con el equipaje.

Pero habían pasado 10 minutos, y eso ya no valía la pena.

-Sally... - dije en un tono leve, después de subir y tratar de entrar a la habitación.

La miré sentada en la cama, y pude mirar que tocó rápido su rostro limpiando algunas lágrimas.

-... ¿Puedo pasar?
Bajó la mirada -Es tu casa.
-Nuestra casa.
-Pasa...

Caminé hacia ella y me senté a su lado.

-Lo siento.
-Está bien.
-No, no lo está...
-Es normal, yo también dudaría. De un día a otro, aparezco en tu vida y te digo que serás padre... no es muy creíble.
-Lo es, y eso es lo que pasó. No es que no te crea, es que todo fue tan rápido que...
-Sí, claro que dudaste. Repito: yo también dudaría.
-Sally, te tengo tanta confianza... seguro no tienes idea por este tipo de estupideces que pasan, pero ese es uno de mis tantos defectos.
-¿Cuáles defectos McCartney?
-Aunque no lo creas... los tengo - tomé su barbilla e hice que me mirara -No llores, provocas que me odie.
-Son las hormonas.
-Aja, seguro... ¿Me disculpas?

Asintió con una sonrisa desanimada.

-Escucha: no importa lo que sea, debes contarme todo.
-¿Todo?
-... No todo, sólo lo que quieras... y lo más importante, como esto.
-Igual lamento no decirte acerca del citatorio, es sólo que te he notado muy estresado respecto a mí y... no quería preocuparte más de lo que ya estás. Terminarás tomando píldoras o algo así.
Reí un poco -Bueno, pero dime: ¿cómo lo resolverías tú sola? Ni siquiera ha nacido nuestro hijo como para darle una prueba.
-No lo sé, no lo sé. Hablaré con él... y le diré todo.
-¿Qué le dirás que no le hayas dicho? Es sólo la misión de joderte la vida.
-Pues mira, él no sabía que yo me acosté contigo hace tres meses, quedaré como la puta más grande pero... es la verdad.
Reí.
-¿De qué te ríes?
-Oh de nada...
Encarnó una ceja.
-Paul McCartney 1, Albert Mussen 0.
-Ah, cállate - rió -Es fácil, ganaste porque eres tú... fuera del famoso Beatle, sigues siendo el chico de Liverpool que me acompañó hasta mi casa la noche en la que nos conocimos.
Sonreí -Sally, vamos a París... no quiero dejarte sola, no con él.
-No me pasará nada. Allá está la mayoría de mi familia y todos mis amigos.
-Bien, deja eso del citariorio. Me refiero a que sería bueno ir... sólo tú, yo y París.
-... Suena perfecto.
-¿Puedes viajar?
-Ahora sí, pero debo apresurarme... sino todo se complicará.
-¿Y qué más puedes hacer y no hacer?
Sonrió -No lo sé.
-¿Ah no?
-No.

Me acerqué a ella para borrar esa sonrisa juguetona y comenzar a besarla de una vez por todas. Poco a poco fuimos recostándonos en la cama, dejando caer todo lo que había ahí.

La intensidad del "asunto" iba subiendo lentamente... hasta que...

-Paul...
-¿Hmm?
-Paul... espera.
Me separé de ella -¿Qué sucede?
-... Mejor... no.

Me recargue en mi brazo, mientras la observaba.

-¿Te sientes mal?
-Creo que esto no lo puedo hacer - rió y suspiró -... Lo siento.
-¿Qué? ¿Por qué lo sientes? No hay ningún problema... mejor, hay que descansar ¿si? Tomar un baño largo y luego ir a la cama.
Sonrió y besó mi mejilla -Te amo Paul.
-Y yo a ti - la observé un par de segundos -¿No quieres comer algo?
-No gracias, no tengo hambre.
-... Bien, prepararé el baño...




Viernes, 18 de Marzo de 1966.

Narra Sally:

-¡Sally, estás de regreso!
-No, sigo en Liverpool.
-Ja-já, muy graciosa. Vamos, pasa.

Había ido a visitar a Molly de inmediato, tenía mucho que platicarle, pero creo que ella más a mí.

-¿Cómo le va, señora de Starkey?
-Muy bien. Ringo es la persona más tierna que puedes llegar a imaginar... es detallista, platica demasiado y bueno, todo va a la perfección.
Sonreí -Me alegro mucho por ustedes.
-Gracias. Pero toma asiento, debes cansarte con tal hijo que llevas ahí.
Reí y me senté en el sofá -Pues fuera de eso, no me da molestia... aunque a veces siento no tener absolutamente nada, de hecho... me ves más... ehm... ¿rellena?
-Claro que sí, no tanto como lo normal, pero sí. ¡¿Y cómo dices sentir que no sientes nada?!
-No quiero preocupar a Paul pero, últimamente he tenido unos dolores muy fuertes, y temo que... pueda pasarnos algo.
-No digas eso, nada les pasará. ¿Ya fuiste con un doctor o algo?
-No, sé que me dirá lo mismo: aliméntate bien, y todo eso.
-Sally, ¿sigues con el problema de siempre?
-... He mejorado.
-¡Es por tu bien, mujer! Y por el bien de tu futuro hijo...
-Yo sé pero no me da apetito, sólo quiero dormir y, todo es difícil... aunque tenga a Paul a mi lado. El día que fuimos a Liverpool me llegó un citatorio de Albert.
-¡¿Qué?!
-Sí, él insiste en que es su bebé.
-Pero qué gran imbécil... ¿Qué piensas hacer?
-Ir a París claro y dejar todo en su lugar sin tener que pasar por algo legal porque sabemos que él perdería.
-Sally Gresendre Jaucemelt, eres insuperable para los hombres.
Reí sarcástica -Seguro...

16:34pm.
-No pudimos irnos de luna de miel porque Brian ha dado poco tiempo, pero en cuanto terminen sus conciertos... nos vamos directo a Las Bahamas.
-¿Las Bahamas?
-Sí, suena bien ¿no?
-Demasiado bien.
-Falta poco, Ringo me ha dicho que en San Francisco será su último concierto.
-De este año.
-No no, de toda su carrera.
-Oh... yo no sabía eso, Paul me tiene que poner al corriente de todo.
-Así es.
-Seguro él tiene más problemas que yo y nunca habla porque siempre me escucha, quejándome o lo que sea.
-Qué aburrido.
-Ay, lo sé... soy muy aburrida. Además, cuando estás embarazada se complica todo.
-¿Todo?
-¡Todo!
-¿Todo de todo?
-¡Absolutamente todo!
Rió -Pobrecitos.
-Ah... eso no lo es todo al final, me refiero a ballet... a dormir cómodo, no sé... pero fuera de 'todo', es muy emocionante.
-Ya lo creo.

Tocaron el timbre.

-Oh, seguro es Ringo... ahora vuelvo.
-Está bien.

Se levantó de inmediato y miré la taza del té a punto de caerse de la mesa de centro. Me estiré para poder rescatarla, pero al momento de hacerlo... todo comenzó a desenfocarse.

-¡Sally! - escuché a lo lejos.













////



¡Hola, hola!

Antes que nada, ¿se nota que este era un capítulo de 'relleno'? Estuvo muy malo, o bueno... no fue de mis favoritos definitivamente, pero como a esta fic le faltan sólo 10 capítulos más, prometo esmerarme... ya tengo las ideas, y el final, y todo.

Igual me pone triste saber que falta poco chiks :( es horrible... pero... bueh.

OH MY LENNON, aún no puedo creer lo de Ringo que va a muchos países de latino américa, y supuestamente regresa a México {espero que sea así} ¡SERÍA EMOCIONANTE! Mañana se cumple un año desde cuando fui a su concierto y, extraño ese día :( si Ringo va a su país, tienen que ir sí o sí.

En fin, fuera de todo... ¡Muchísimas gracias mis bellísimas!
Por leer, comentar y hacerme saber cuánto odian a Albert jajajajaja, y cuánto aman al Polz romanticón, no saben cuanto me tengo que centrar en mi amor por él para que me salgan las palabras, y a veces lo hago como un algodón de azúcar.

Cami, my dear,
Vicky querida,
Lushy in the sky,
Cata mi comadre favorita jajajaja,
Y my lovely Lucy Harrison.

Cuídense muchote,
besosssss.

♥ ♥ ♥

domingo, 9 de noviembre de 2014

Capitulo 89.

Jueves, 17 de Marzo de 1966.

Narra Paul:

Era ya tarde y Sally no se levantaba. Me comenzaba a preocupar, de los dos, ella era siempre la que estaba despierta antes de que amaneciera prácticamente.

-Sally... - la sacudí levemente -Hey, despierta.
-Sólo un rato más.
-Sally, ya son las 12:00p.m.
-... Me siento mal.
-¿Qué tienes?
-Me duele todo mi cuerpo.
-¿Todo?
-Aquí... - tocó su abdomen.
-... Levántate, ya vamos a Londres... ahí veremos a mi doctor.
-Déjame 5 minutos, ¿vale?
-Está bien, ahora regreso.
-Te amo - sonrió y dio media vuelta en la cama.
Reí -Y yo a ti.

Salí del cuarto, creo que la dejaría una media hora más.

-¿Qué pasa? ¿No quiere despertar? - Susurró Angela, mientras se acercaba a mí.
-No... es inútil. Dice que le duele el cuerpo, el abdomen en específico.
-Paul, creo que debes llevarla con un doctor.
-Sí, y se lo dije. En cuanto despierte, prepararemos el equipaje y regresaremos a Londres.
-Creo que es lo mejor.
-También yo. Ayer se retorcía del dolor... pero no quiso decirme nada, seguro para no preocuparme.
-Pero debes comenzar a preocuparte, eso ya no es normal.
-¿Estás segura?
-Paul, es un embarazo... no unos dolores de aquellos que a las mujeres le da cada mes.
Suspiré -Esto será difícil.

14:27pm.
-Bien, supongo que nos vemos pronto.
-¿Cómo que supones? Pero claro que nos vamos a ver pronto, debo conocer a mi futuro nieto.
-Aún faltan unos cuantos meses - dijo Sally, con una sonrisa.
-Entonces vendrán a visitarme antes de que nazca.
-Está bien papá.
-Cuídate mucho Sally.
-Sí Angie, gracias por todo estos días.
-No hay de qué.
-¡Paul! - gritó Ruth y se aproximó a nosotros extendiendo los brazos.
Paul la cargó -Ruth, prométeme que te portarás bien.
-Lo prometo. Sally...
-¿Qué pasó cariño?
-Te quiero.
Miré a Paul algo sorprendida -Yo también, mucho mucho. Nos vemos pronto, ¿si?
-Sí.
-Heeey, ¿y a mí no me quieres? - dijo Paul mientras la miraba.

Todos reímos.

Asintió -Mucho, pero ya te lo había dicho.
-Cierto - besó su mejilla -Igual yo.
Me acerqué para besar la mejilla de Ruth -Adiós linda.
-No se vayan.
-Juramos visitarte seguido.
-Así será - dijo Jim por último.

17:04pm.
Volteaba frecuente a mi derecha para ver a Sally, que se encontraba recargada en la ventanilla, algo adormilada.

-¿Estás despierta?
-Sí.
-¿Te sientes bien?
-Sí.
-... ¿Segura?
-Sí Paul - dijo en tono más irritante.

Decidí dejar de preguntar eso, sabía que terminaríamos mal... sus hormonas me llegaban a cansar, y creo que a ella igual.

Pero el único sonido que nos acompañaba era el motor de mi vehículo y eso no era muy agradable. Sabía que debía hacer plática para que se relajara un poco.

-... ¿Sabes? Estaba pensando en nombres...
-¿Y bien?
-Me gusta... George.
Rió, por fin -Igual me agrada, pero no estoy muy segura de George, puesto que ya tenemos un George en nuestro círculo.
-Uhm, cierto... ¿Qué me dices de John?
-John... uh no.
-¿Richard?
-Seguro, así le dirán Ringo.
-Bueno, nosotros le decimos así a Ringo por todos los anillos que lleva en cada mano.
-Me gusta, pero sigo insegura. ¿Qué tal si es niña?
-Sally.
-No no no, jamás.
-¿Por qué?
-No me gusta.
-Es un bonito nombre, me encanta como suena... lo diría todo el tiempo, y nunca me cansaría.
-Gracias pero no... Me gusta Juliet.
-¿Juliet? Es como Julian, el hijo de John.
-Sólo porque coinciden en letras.
-Además, tu madre es Juliet.
-Ella es Juliette.
-Ah, pues eso está mejor.
-No... Juliette es muy francés. En todo caso me gusta más Cannelle o Francoise.
-Oh no, Juliet es bonito nombre; Juliet McCartney.
-Bueno, no hay que adelantarse... puede que cambie de opinión.
-O que no sea mujer. Puede que sean gemelos, ¿no crees?
Volvió a reír -No, no creo.
-Pero no hay que descartarlo.
-Está bien McCartney, pero tranquilo... aún faltan unos cuantos meses.

19:00pm.
Y por fin, llegamos a Londres.

El camino fue más largo de lo que pensamos, mucho más largo debido a los antojos de Sally y su gusto por los restaurantes en medio de la nada. Pero lo mejor era que, después de todo, estaba satisfecha.

Suspiró -¡Hogar, dulce hogar!
-Sí... - quité las llaves con dificultad de la puerta, ya que cargaba con el equipaje.
-¿Quieres que te ayude?
-No no, estoy bien.
-Hmmm, bueno.

Me miró dejar las maletas en el suelo y tomó la suya.

-Hey, ¿qué haces?
-Debo subir mi ropa.
-Mejor yo lo hago.
-No me va a pasar nada... no voy a dar a luz por un esfuerzo mínimo - rió.
-Sally - jalé la maleta hacia mí -Deja que yo lo haga.
-No - la jaló hacia ella -No pesa nada.
-No me interesa - ahora hacia mí -Te he dicho que yo lo voy a hacer.
-¿También quieres bañarme y vestirme? - ahora hacia ella.
-Pues... no suena mal. Y suelta la maleta...

Con más fuerza la quité de sus manos y... se abrió.

-Mira lo que hiciste - se puso de rodillas rápidamente para recoger todo, así que la imité tratando de ayudar.
-... Sally, ¿qué es esto?

Levanté una hoja de papel que no pude leer porque Sally la arrebató de mis manos inmediatamente.

-Basura - arrugó el papel -¿Ves? - y lo guardó en sus bolsillos.
-Heeeyy, ¿me estás ocultando algo?
-No.
-Sally, ¿no confías en mí o qué?
-Sí, lo hago pero... es basura, ya te dije.
-No te creo.
-Paul...
-Como digas.

Suspiró, sacó la bola de papel y me la dio. La extendí y leí rápidamente.

-Es... - dijo antes de que hablara -Es un citatorio.
-¿Para qué?
-Debo ir a París, Albert insiste en que es su hijo.
-¿Qué?
-Lo que escuchaste.
-¿Y cuándo pensabas decirme?
-Después de estos días de descanso en Liverpool, cuando tú fueras a Estados Unidos con los chicos, yo iría a París y resolvería todo esto.
-¿Pero por qué insiste en eso?
-¿Yo que sé? Está demente.
-... ¿Es de él?
-No Paul, no... yo te lo juro.

La miré. ¿Cómo es que dudaba de ella? Joder, esta parte de mí es la que no soportaba.

-Paul, ¿no me crees? - suspiró y colocó una mano sobre su abdomen.
-Sí... sí te creo. Ya olvídalo, no te alteres.
-Por eso es que no quería enseñarte nada.

Recogió de inmediato su ropa y la guardó en la maleta, la cerró y se puso de pie.

-¿Quién no confía en quién?

Dijo por último, dio media vuelta y comenzó a subir las escaleras.









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¡Mis bellísimas!

Lo siento mucho, muchísimo. Pero es que, ya casi termina y no quiero que termine ¿? okay, mal pretexto. No es eso, se llama bloqueo y es una de las peores cosas aparte de que Paul y Ringo no vayan a tu país (??) 

Prometo estar más por aquí, ya que sin terminar esta fic, no subiría en Memories in the Heart of the Country jajajaja que por cierto, ya subí: http://memoiresecrits.blogspot.mx/ {está algo desierto por ahí} no quiero hacerme ~~bolas~~ y falta poco para que termine el romántico McCartney de por aquí.

Gracias porque por aquí no está igual. ¡Cami y Lucy! Bienvenidas de nuevo, no me he olvidado de ustedes y :) me pone feliz que estén de regreso :)

Y gracias a mis lindas lectoras cotidianas: 
My lovely Lucy,
Vicky querida,
y mi comadre Cata.

En fin, les agradezco muchísimo.
Espero que estén de lo mejor este noviembre.

Cuídense muchote,
besos y abrazossss.


♥ ♥ ♥